¿Qué ocurriría si el objetivo más importante del curso académico fuese que los niños
aprendieran a conocerse, a quererse, a ser felices?
¿Qué ocurriría si cada uno descubriese que para ser feliz
es imprescindible que el resto del grupo también lo sea?
HABLAR para darse a conocer,
ESCRIBIR para reflexionar sobre uno mismo,
LEER para compartir sentimientos,
ESCUCHAR para saber más de los demás...
¿Hay mejor forma de trabajar las habilidades lingüísticas
significativamente,
funcionalmente,
emocionalmente,
humanamente...?