miércoles, 14 de julio de 2010

EL VALOR DE LA PALABRA

VIEJO CUENTO DE ORIGEN JUDÍO

Érase una vez, en un tiempo remoto, un pueblo que tenía un rabino muy sabio. Cuando el pueblo tenía un problema, el rabino iba al bosque, penetraba en un lugar oscuro, arrancaba unas ramas, les prendía fuego a una hora determinada, rezaba una plegaria, hacía una serie de rituales y el pueblo dejaba de tener problemas.

La generación siguiente ya no se acordaba de qué leña había que quemar, pero sí del lugar del bosque, de los rituales y de la plegaria. Cumplían con ello y también se acababan los problemas.

Pero ya, en la siguiente generación, ocurría que el rabino no sabía a qué lugar del bosque acudir, ni conocía la leña que debía quemar. Mas hacía la plegaria en cualquier lugar del bosque, se marchaba y los problemas pasaban.

Años más tarde, ya no sabían a qué lugar acudir, ni qué leña debían utilizar, ni cómo había que hacer el fuego, ni se acordaban de la plegaria. No obstante, el rabino iba al bosque, decía una oración y era suficiente.

Al final ya no sabían hacer nada. Sólo sabían contar esta historia y la contaban. Y era suficiente. Los problemas se acababan.
UNAS PALABRAS DE GIANNI RODARI

Reivindico el uso de todas las palabras para todo el mundo (...) No para que todos sean artistas, sino para que nadie sea un esclavo.