Decididamente, no puedo estar más de acuerdo:
"No digitalicemos el libro de texto
Por Enrique Dans

A partir de la necesidad de encapsular el conocimiento para ofrecer al estudiante un acceso al mismo, surgieron infinidad de perversiones. Por un lado, un mercado compuesto por miles de estudiantes que compraban aquello que su colegio o institución les decía que tenían o-bli-ga-to-ria-men-te que comprar era demasiado goloso, y el libro de texto se convirtió en un negocio, Un negocio fantástico: el libro tenía que cambiar todos los años, el del año anterior no servía, y las decisiones de adopción del libro de una u otra editorial por parte de un profesor o de toda una institución se convertían poco menos que en negociaciones mafiosas, en auténticos sobornos y presiones de todo tipo. Por otro lado, la posibilidad de controlar de lo que llegaba a aparecer en el libro ofrecía a algunos la megalómana tentación de adoctrinar, de poder decidir qué era bueno y qué era malo, de dar forma a las mentes de los niños cuando estaban en su edad más dúctil y maleable. No hace falta que ponga ejemplos: todos los tenemos."